Póster de El Viaje de Ernest y Célestine

La pareja de amigos más adorable de la animación franco-belga vuelve con una aventura con la música como eje que encantará a todas las edades.

Notable continuación, diez años después, de la ya estupenda Ernest y Célestine, estrenada en 2012. Ambas películas se basan en los libros escritos e ilustrados por Gabrielle Vincent. La primera de las películas nos presentó a los personajes, su mundo y nos forjó la amistad entre el oso Ernest y la ratoncita Célestine.

Imagen de El Viaje de Ernest y Célestine

Un dato importante es que ambos protagonistas son considerados las «ovejas negras» de sus familias y tuvieron que irse de casa, ya que ambos fueron contra la tradición laboral familiar. En el caso de Ernest, no quiso ser juez como su padre y prefirió tocar música; a Célestine la echaron de casa por elegir ser artista en lugar de dentista.

El País de la música prohibida

Tráiler de El Viaje de Ernest y Celestine

 

El desencadenante de la aventura en El viaje de Ernest y Célestine es el violín de Ernest, que se le destroza y el único que puede arreglarlo es un famoso lutier de su país natal, por lo cual viajarán para tratar de encontrarle. Al llegar al País de los Osos, descubrirán con pasmo que la música está prohibida desde hace años y solo está permitida una nota musical.

Nuestros amigos, junto a un grupo de inesperados aliados, incluido un enmascarado justiciero musical, tratarán de devolver la música y la alegría al país.

El justiciero enmascarado MiFaSol

Música y animación amables, pero con mensajes importantes.

Imagen de Célestine

Los largos de Ernest y Célestine son películas hechas con mucho mimo y desprenden calidez y ternura. Pese a ello, no evitan momentos y temáticas más sombrías sobre todo en lo tocante a las relaciones familiares.

Y es que envuelta en una historia a priori sencilla, la película no teme en hablar de manera directa y honesta de temas como la intolerancia y los pensamientos totalitarios, la censura, la presión familiar o la libertad creativa.

El estilo de animación es muy curioso, pues es un dibujo bidimensional que emula la acuarela original de los libros infantiles. Tiene un trazo un tanto nebuloso donde los elementos van borrándose y apareciendo en pantalla, dando una sensación de curioso dinamismo, algo así como que los dibujos van pintándose sobre la marcha.

La música es algo muy importante en esta película tanto a nivel de trama como a nivel de acompañamiento y el compositor, Vincent Courtois, hace un gran trabajo. Es, sin duda, la película perfecta para poner en la asignatura de música de los colegios.

El viaje de Ernest y Célestine es buen cine de animación familiar, de agradable visionado y cuyos pilares temáticos son la amistad, la libertad y el arte. Si son de este nivel estaremos encantados de volver a ver a este entrañable dúo en pantalla.

 

Título: El Viaje de Ernest y Célestine —Ernest y Célestine: Le Voyage en Charabie—.

Duración: 80 minutos

Directores: Jean Christophe Roger y Julien Cheng

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